Un kibutz: cotidiana subversión

Servirnos arroz todos los días

¡Servirnos arroz todos nuestros días felices!

y dejarles la comodidad y el caviar a quienes no soportar el vacío
en el plato de su vida



Servirnos agua o burbujas, sin cuidado del recipiente que albergue al líquido.

Servirnos del afuera y que ese espacio seamos nosotros, todo el día, lo que nos reste del calendario.

Llorar de lástima ante la ingratitud de terceros.
Llorar por ellos viendo como se conforman llenando su plato

Irrumpir en los banquetes sin corbata




y venerar los encuentros furtivos,


las bocas llenas de aliento,


los iris profundos

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