martes, 9 de junio de 2009

Subterránea Subversión





No caemos, rebotamos
No caemos, rebotamos


.
.
.




La vida nos tomó por asalto y no nos quedó otra opción
que
decir: “Sí, aquí estoy Sr.... a sus pies;
lamiendo las miserias sembradas en este suelo que trabajo y camino.

Usted ignora que, mientras me contento lamiendo sus “sabrosas” miserias,
reservo en mi mesa un espacio para el manjar.

¡No se confíe Sr.!
Seguiré lamiendo sus miserias
hasta que desarrolle el último molar,
y pueda darle una primera y profunda mordida al manjar
que me fue privado desde el comienzo.

Lo destrozaré con tantas ansias,
que bañare el suelo de sus miserias con su jugo.




(mientras esta escena se dilate,
continuaré astillándome la lengua
contra esas paredes horizontales de polvo)



¡Pero cuidado...no descanse tranquilo...!





((hace noches que el dolor de encías no me deja dormir...))

1 comentario:

  1. ¿Por que estas cosas no se me ocurren a mi? ¿Tan ocupado estoy en mi tarea lamedora, que no hago tiempo de crear con mi disconformidad?Ahora lo se, soy un pobre boludo

    ResponderEliminar